Biografia
A partir de 1994, Tatiana vive en Chile y se dedica a diversas disciplinas artísticas como la pintura, la arquitectura, el diseño y la ilustración. Tiene un gran amor por la naturaleza, las cuatro estaciones del año, la flora y fauna, los niños, la música tranquila y, sobre todo, dedicarse a pintar.
Tatiana utiliza diferentes técnicas en sus obras, entre las que se incluyen acuarela, óleo y mixta (una antigua técnica que combina óleo con témpera de huevo), así como también dibuja con lápiz carbón, tinta china, grisalla sobre vidrio y vitrales.
Exposiciones Realizadas
Entrevistas
Su título va aquí
Traduccion del ingles.
¡Hola Tatiana! Cuéntanos algunas palabras sobre ti. ¿Cuándo empezaste a hacer arte y cómo empezaste? Cuando eras niña, ¿qué querías ser de mayor?
Hola! No se exactamente cuando fue eso. Tal vez desde siempre. Solo que al principio no entendía que significaba hacer arte. Vivir el arte. Mucha imaginación. Las nubes son unos animalitos o pájaros o de repente se mutan en flores. Una mancha en la pared hoy día parece una cigüeña de patas largas y otro día resulta que es perfil de alguien triste, cabizbajo. Una música que se escucha por allí resulta irrumpir de modo tan ajeno para mi mundo que muchas veces prefiero estar en silencio. En otras ocasiones lo externo es tan entretenido y hermoso que me siento perderme en lo que veo o siento. Tiempo después, ya en etapa de adolescencia, me doy cuenta que cuando estoy muy alegre tomo un lápiz y estoy dibujando o pintando algo. Cuando me invade algún drama corro a la casa, me encierro y pinto. Y cuando estoy tranquila me gusta pintar también. Pase por varios rubros de arte. Estuve en la escuela de música tocando piano, en ballet, incluso un poco en teatro y me quede en artes plásticas. Es tan natural pintar para mi, que no lo consideraba como algo de valor especial. De pequeña quería ser bióloga o arqueóloga. Termine siendo arquitecta que sueña con solo pintar. Ahora, muchos años después me estoy concediendo este lujo..
Cuéntenos sobre su obra de arte, medio, estilo, tema, etc.
Estoy en búsqueda permanente, en explorar. La técnica que mas uso es acuarela. Mas de 30 años. En su gran mayoría mi arte es figurativo. uso estilos diversos: desde ilustración arquitectónica y botánica usada en el siglo 19 hasta aplicar trazos muy sueltos y aguadas. Paisajes urbanos, naturaleza, animales, personas. Desde hace 15 años empecé a pintar en oleo. Tradicional y técnica mixta: oleo con tempera de huevo preparada en el taller ,alquimia ancestral, técnica que usaron pintores renacentistas. Retratos y otros temas. Siento que oleo permite la exploración mas profunda y reflexiva al compararla con lo “liviano” de la acuarela. De a poco estoy alejándome de la representación pasando a la reflexión sobre bagaje histórico y emocional, a los sueños.
Creciste en Siberia y ahora mismo estás viviendo y trabajando en Chile. ¿Cuánto ha cambiado tu arte y cuánto sigue inspirado tu arte en tu hogar?
Pienso que mi mundo viaja conmigo donde vaya. Que el alma humana es similar en todas partes. Solo cambia el “caparazón”, costumbres externos. Lo nuevo se suma y enriquece. Me gusta Chile. Vivo 26 años acá y sin duda me inspira a crear. Mi país de origen, mis raíces también están en mi y en mi arte.
¿Qué artistas te inspiran más, vivos o muertos?
Mijaíl Vrubel, Van Gogh, Claude Monet. Hasta el día de hoy me da curiosidad saber porque. Me envuelven con su vibración.
¿Cómo es un día de trabajo en tu estudio? ¿Tiene algún ritual que le ayude a estar motivado o en «la zona»?
Algún ritual? No se… “Doy vueltas como un perrito antes de acomodarse”, ordeno algo, rego plantas, veo un libro… y de repente ya estoy pintando. O, a veces no resulta, me distraigo con algo. Me digo: bueno… mas rato volveré a intentar. Por mientras hago otras cosas…
¿Cuál es la parte más desafiante de su proceso artístico? ¿Y cómo lo superas?
Desconectar la cabeza del proceso, la razón, la parte analítica…En alguna etapa de creación es útil, después molesta.. No se como lo supero.. me distraigo.
¿Cuál es la pieza más reciente en la que más te ha gustado trabajar?
En este momento estoy pintando tres oleos muy particulares. Donde lo representado juega un rol secundario. La emocionalidad encapsulada es el único protagonista.. Cuesta explicarlo con palabras. Estoy entusiasmada con lo que pueda resultar.
¿Cuál es el consejo artístico más genial que has recibido?
Sea tu mismo.
¿Qué consejo le darías a los futuros artistas, cómo pensar de forma innovadora y crecer?
Conectarse con su propia esencia. Todos somos únicos. No hay dos personas iguales en todo el mundo. Así que lo innovador esta asegurado si lo logra. Ser leal a sus sentimientos y practicar mucho.
¿Qué sigue en el horizonte para Tatiana?
Ufff, ya lo veremos mas adelante. Pinturas, mas pinturas espero.
Entrevista. Por Marcelo Macellari C. CASA ETC, El Mercurio, Valparaíso
Tatiana Zentsova, pintora y arquitecta
LA ARTISTA QUE VINO DE SIBERIA
En síntesis, la biografía de Tatiana Zentsova señala que nace en 1968 en Rusia. Pasa sus primeros años en Siberia. Allí empieza a pintar. Después se traslada a Ucrania para seguir sus estudios de arte y se titula de arquitecta. Desde 1994 vive en Chile, donde se dedica a la pintura, a la arquitectura, diseño e ilustraciones, utilizando técnicas de acuarela, óleo y mixta (antigua técnica de combinación de óleo con témpera de huevo, la misma que usaba Rubens); dibuja a lápiz carbón y tinta china. Actualmente vive en Olmué. Sin embargo, su historia y su obra no se pueden resumir tan fácilmente, pues en ellas se mezclan recuerdos de los paisajes de su tierra natal, su temprana formación artística en la ex Unión Soviética, el amor por Valparaíso, su pasión por el arte clásico y la arquitectura patrimonial, así como la inspiración en unicornios y mujeres pájaro de parte de su trabajo más reciente.
Zentsova llegó a nuestro país tras la caída de la U.R.S.S. junto a su entonces marido, un arquitecto chileno y compañero de universidad en Ucrania. Venía embarazada de su tercer hijo y recuerda que casi al segundo día de estar en Chile conoció Valparaíso: “Fuimos a pasear acá y quedé impresionada con esta ciudad. Me pareció imposible encajarla en cualquier esquema, porque es única y particular. Al principio me pareció invivible, sin vegetación, con las casas a punto de caerse y las calles tan estrechas. Pero seguí viniendo y me fui enamorando de Valparaíso, así que terminé viviendo ahí. Ahora estoy hace dos años en Olmué, pero quiero volver. Valoro la personalidad y la individualidad de Valparaíso. Su carácter y lo imprevisto de su geografía”.
DE RUSIA CON AMOR
De su Siberia natal la pintora tiene los mejores recuerdos: “Es uno de los lugares más lindos en los que he vivido. El verano es corto, pero es una maravilla, ya que en esos tres meses la vegetación tiene que florecer y dejar frutos, para dormir por nueve meses. La intensidad con que brota todo en ese período tan corto es simplemente una maravilla”.
Hija de un operario de turbinas que también pintaba y tenía afición por la fotografía y de una ingeniera en construcción de una central atómica, Tatiana heredó las inquietudes artísticas de su papá y cuenta que “era muy común en la Unión Soviética que los padres buscaran la vocación de sus hijos desde muy pequeños. Me llevaron de la manito por todo lo que podía existir: ballet, teatro y música. Y me quedé en el arte, estudiando en una escuela artística para niños, que exige mucho tiempo y dedicación”.
Luego de que su familia emigrará a Ucrania, ingresó a estudiar arquitectura como una manera de cumplir la exigencia de sus padres de cursar una carrera ‘seria’: “Recorrí varias universidades hasta encontrar lo que me gusta, que es arquitectura de restauración en la Universidad de Járkov, que tenía muchos más ramos de dibujo y de arte, así como práctica en otras ciudades. Tenía el arte en la cabeza”.
Al llegar a Chile, trabajó como arquitecta de una oficina de urbanismo y después, durante casi 10 años, se dedicó a las presentaciones gráficas e ilustraciones para proyectos inmobiliarios y publicidad. En paralelo, seguía desarrollando su trabajo artístico y participó en varias exposiciones, como una muestra colectiva de acuarela organizada por la Sociedad Nacional de Bellas Artes en el Palacio de La Alhambra. Y en 2008 decidió que había llegado la hora de dedicarse exclusivamente a pintar, siguiendo con temas de paisajes urbanos hasta de a poco ir derivando a otras temáticas.
PRISMA PERSONAL
Viviendo ya en Valparaíso desde 2006, la artista empezó a retratar en acuarelas y óleos la ciudad, pero con una mirada muy propia, casi idílica: “Yo creo que todo lo que uno hace lo pasa por el prisma personal. Quizás mi actitud idealista con el mundo se traspasa a Valparaíso. También creo que uno tiene la opción de decidir qué es lo que quiere ver. Y lo que pinto es lo que quiero ver en Valparaíso, pero también es una sugerencia, porque derrumbo
muchos edificios. Son las ganas de volver a un Valparaíso bonito y por eso intervengo el paisaje. La realidad calza con uno. Si yo quiero que el mundo sea más lindo, tengo que aportar algo para eso. No es una misión que me planteo, sino que me sale inconscientemente y ojalá que el mundo fuera de esa forma”.
Sin embargo, el trabajo de la pintora rusa no se circunscribe solo a los paisajes, sino que también hace botánica, bodegones e ilustración de cuentos infantiles, así como reproducciones de obras clásicas de la pintura universal, una reinterpretación de cuadros del pintor ruso Kazimir Malévich, una serie dedicada a los mitos y leyendas y también ilustraciones de frutas para los locales de la cadena Emporio La Rosa. “Me gusta experimentar dice y creo que voy a seguir pintando cosas que no he pintado jamás temáticamente. Estoy en una búsqueda, porque creo que la vida es eso”.
Respecto a los pedidos por encargo, para agencias de publicidad o particulares, Tatiana explica que “si me entusiasma, lo hago. Hice ilustraciones para un libro de canciones infantiles rusas o para promocionar la vihuela andina, un instrumento musical nuevo. Son cosas bonitas que surgen y me gusta hacerlas. No me promociono, soy bastante quieta y el mundo viene a mí. Yo hago lo mío, el resto surge solo”.
La arquitectura también sigue formando parte de su vida y estuvo al frente de la remodelación de una casa estilo victoriano en Playa Ancha
que se convirtió en el hotel Fortunata Chacana. Allí cada habitación tiene pinturas de diferentes artistas porteños, varias de las cuales pertenecen a Tatiana Zentsova; entre ellas, un retrato de Fortunata Chacana, la bisabuela diaguita del dueño del hotel. Además, las pinturas de la artista se pueden encontrar en la galería Bahía Utópica, de Cerro Alegre.
Hoy Tatiana vive en una casa en Olmué, rodeada de naturaleza y paz, pero tiene la idea de volver a Valparaíso. “Me gusta la conexión con el verde dice y cuando he vivido en lugares donde no había jardín, yo lo armaba dentro de la casa. Busco tranquilidad, porque así uno se conecta. Incluso a veces se me olvida poner música en mi taller. Nunca me aburro conmigo misma”.
Entrevista por Francia Fernandez P. TELL MAGAZINE, Viña del Mar, Concón
TELL MAGAZINE
ENTREVISTAS «»CULTURA»
Por Francia Fernández P. / Fotografía Mariela Sotomayor
EDICIÓN | Enero 2018
PALETA RUSA
Tatiana Zentsova, pintora y arquitecta
De niña pintaba mundos submarinos, si bien creció en los parajes blancos de Siberia. Estudió arquitectura en Ucrania. Tras el derrumbe de la Unión Soviética arribó a Chile. A los tres días conoció Valparaíso y se enamoró de la ciudad, por su carácter imprevisible y único. Desde entonces la ha pintado con trazos pulcros e idílicos. Radicada actualmente en Olmué, esta artista ha extendido su interés hacia los personajes mitológicos y expuesto sus obras en galerías de la Región de Valparaíso y de Santiago.
Dice que aprendió español leyendo a Neruda. Tatiana Zentsova (49), arquitecta y pintora rusa, llegó a Chile en 1994, tras el derrumbe de la Unión Soviética. Entonces estaba casada con un arquitecto chileno y embarazada de su tercer hijo. Y se sentía muy distinta. “Era otra mentalidad, otra forma de ser. Y yo siempre he sido tímida. Además, no entendía lo que me decían. Iba a comprar carne a la esquina y me hablaban de posta paleta o punta de ganso, y yo decía ‘no, quiero carne vacuna’. Terminé yendo al supermercado”, relata entre risas, hoy acostumbrada a su país postizo e inmersa en su taller de paredes blancas, que acondicionó en la casa de Olmué a la que ella y su segundo marido, el historiador Bernardo Subercaseaux, se mudaron en 2016.
Tatiana dibuja y pinta desde niña. Creció en Siberia, con veranos breves e inviernos rigurosos. A los doce años ingresó a una escuela de artes para niños. “Me encantaba colorear el paisaje marino. Pensé que en un Chile rodeado de agua, me la iba a pasar ahí, pero el mar es muy helado, incluso para una siberiana habituada a cuarenta grados bajo cero, como yo. Acá ‘me salvo’ con las termas. Y en mis viajes hago snorkel, que es como meterme en el mundo que pintaba de chica”.
Hija de un operario de turbinas y fotógrafo aficionado y de una constructora civil de centrales atómicas, que vino a Chile para ayudarle con la crianza de sus niños, Zentsova estudió arquitectura con especialidad en restauración, en Ucrania. Llevaba tres días acá cuando conoció Valparaíso. En 2007, comenzó a pintarlo. Y, al año siguiente, se instaló allí. Desde entonces, ha dedicado numerosas acuarelas a sus calles, fuentes, miradores y plazas.
¿Qué fue lo que te cautivó de la ciudad?
Nunca había visto algo parecido. La arquitectura loca, el movimiento, el transporte (no sé cómo no atropellan a la mitad de las personas). Valparaíso es un lugar con personalidad, muy imprevisible, sin lógica. Uno nunca sabe si se va a topar con una pared o con una quebrada con vista al mar.
Tú pintas un Valparaíso limpio. ¿Es una visión idealizada?
Hay varios factores: mi capacidad de fijarme en lo bueno de las cosas; que realmente existe lo que veo, solo que está cubierto, por ejemplo, con suciedad; que tengo ánimo de tirar cosas, como una torre de departamentos que rompe con la armonía natural del puerto (para qué la voy a pintar). También me interesa conservar la imagen de lo que va desapareciendo: muchas construcciones han cambiado desde que las pinté y no están registradas en ninguna parte. En la Rusia postsoviética, reconstruyeron iglesias, basándose en planos antiguos. Sin ellos, no habría sido posible.
¿Acá hace falta eso?
De algunas casas preciosas, no hay registros. Lo mismo ocurre con los cementerios. Cuando fue el terremoto de 2010, gente que trabaja ahí me contó que caían tumbas completas y hubo quienes se robaban las esculturas. Valparaíso es Patrimonio de la Humanidad, pero falta que los residentes cambien su mentalidad. Yo he visto muros con frases como “La basura es cultura”.
TÉCNICAS Y MITOLOGÍA
Además de acuarela, Tatiana emplea carboncillo, óleo y tinta china en sus obras. Y, últimamente, también témpera de huevo y óleo, que aprendió del pintor Juan Subercaseaux, su cuñado y padre del cantante Pedro Piedra. “Esta técnica renacentista crea ambiente con capas que se traslucen”, explica, mientras enseña Descanso, un cuadro en que posa su madre con un gato.
Como parte del proyecto de difusión turística lagartijas.cl, esta artista, pulcra y meticulosa, diseña láminas y merchandising de sitios como Valle Nevado. Y hace logos y dibujos para libros infantiles, e ilustraciones para Estados Unidos, Perú y Argentina.
Cuando llegó a Chile, vivió en Santiago, donde trabajó un año en una oficina de urbanismo, haciendo presentaciones gráficas de proyectos. Luego fundó su oficina Zentsova Estudio de Arquitectura. En 1996, integró una muestra colectiva del Palacio La Alhambra de la capital. Y, desde 2008, se ha presentado en forma individual en galerías como la Corporación Cultural Las Condes, La Sebastiana o la Sala Viña del Mar, donde, en 2016, expuso su serie Mujeres mitológicas, con personajes como Medusa, La Calchona , la mujer oveja del sur de Chile ,o La sirena eslava con que obtuvo el segundo lugar en el rubro “Mitología nacional” del ART GEOGRAFIA. Forum internacional de las artes 2017, realizado en Moscú.
¿Por qué te interesa la mitología?
Pienso que así como los buscadores de oro revuelven una cantidad enorme de tierra para encontrar granitos de tesoro, la mitología tiene tesoros igual de valiosos. Y creo que existe bastante verdad en esos mitos. Es mi forma de prolongar una tradición.
¿Y tu amor por Valparaíso continúa?
Sí, tiene que ver con su identidad y su carácter… Hace poco estuve en Marruecos y me impresionó que los gatos de allá son hermosos, pero no dejan que la gente se les acerque. En cambio, en Valparaíso, he visto gatos acostados que ni se mueven cuando les hacen cariño. Eso es bonito. Es tolerancia. Quizá la tolerancia hacia al inmigrante que llegó de Europa incluyó a los animales en el mismo bando.
Crítica de arte. Por Waldemar Sommer. ARTES Y LETRAS. El Mercurio, Santiago.
Crítica de Arte
Por Waldemar Sommer
ARTES Y LETRAS
El Mercurio / domingo, 20 de septiembre de 2015
NOSTALGIA
Muy atractivas acuarelas de la rusa Tatiana Zentsova, que rescatan un Santiago muy antiguo
Lugar: Centro Cultural Las Condes
…El mismo centro cultural presenta a una artista rusa avecinada en Chile desde hace dos décadas, Tatiana Zentsova. Sus impecables acuarelas sobre papel definen una personalidad acusada y una temática inesperada. Es que emprende el rescate de un Santiago con una antigüedad de más de un siglo atrás, basado en la intuición, en las estampas de la época y en vestigios arquitectónicos actuales. Pero importante resulta que sueña ante la ciudad, idealizándola, limpiándola, hasta introduciendo dentro de su mirada al ayer un hálito contemporáneo. En efecto, aires sutiles de surrealismo se introducen en sus logros mejores. Tenemos, de esa manera, los blancos espectrales en los briosos caballos de carruajes y en la vestimenta de las damas de la plaza de Armas. O la luz casi metafísica en la techumbre y vidriera primera de la desparecida Galería San Carlos y, además anaranjada, en la Fuente del barrio Concha y Toro.
Una sabia coloración multicolor, pero fuertemente rebajada bajo el imperio de ocres y grises, junto a la precisión lineal de la arquitecta, subrayan atmósfera nostálgica de estas pinturas. ¡Qué atractiva se ve la Calle Nueva York, por intermedio de dos visiones después de la lluvia! ¡Qué acogedora y plácida la esquina de la Catedral con sus arbolitos en pleno crecimiento! Asimismo incluye la autora detalles ornamentales de construcciones, como ante todos el par de Querubines del Palacio de Bellas Artes. Lucen, además, dos puertas rutilantes de Santiago Centro y del barrio Concha y Toro. Sin embargo, cuando la acuarelista opta por los trazos más distendidos y anchos ,Confitería Torres, Alameda de las Delicias, sus formas pierden personalidad y convencen menos.
Crítica de Arte. Por Carlos Lastarria H. ARTE EN LA CIUDAD. La Estrella, Valparaíso.
Crítica de arte
Por Carlos Lastarria Hermosilla
ARTE EN LA CIUDAD
La Estrella / lunes 22 de diciembre de 2014
ACUARELAS PORTEÑAS
Parece que el denominado “embrujo porteño” que contagia a muchos artistas tocó el espíritu y la sensibilidad de una pintora extranjera, tal como ha acontecido con la mayoría de los pintores oriundos de otras latitudes. Si sucedió con Rugendas, Chartón de Terville, Thomas Somerscales, Chassin Trubert, Alf Tutt y últimamente con el francés Thierry Defert que ha hecho del barrio puerto su fuente de inspiración.
Se trata de la acuarelista Tatiana Zentsova, nacida en Rusia en 1968 y radicada en nuestro país desde 1994. De profesión arquitecto ha llevado el paisaje y la fisonomía de Valparaíso al papel. Con su visión profesional y de urbanista ha entendido el porqué la ciudad tiene esta forma tan particular de articularse entre cerros y mar. Capta rincones de barrios, casas señoriales venidas de menos, el quehacer diario en plazas, casas sostenidas por el viento, conjuntos de los cerros que parecen ser la acrópolis de los pobres y las faenas de la orilla incluyendo al dique y los invasivos contenedores. Su exposición en la sala de la Dirección de Cultura del Municipio se titula “Fragmentos que hacen ciudad”. Aguda observación ya que cada rincón, cada construcción o lugar en si separado no constituye un elemento valioso como expresión de vida y solo el conjunto le otorga la jerarquía que le da el valor a la ciudad. Técnicamente en la factura de sus acuarelas demuestra oficio, soltura y, obviamente, dominio de la composición. En casi todos tiende al paisaje, especialmente las panorámicas desde los cerros al mar o las vistas desde los extremos de la ciudad.